Muchos padres suelen creer que leer un cuento a sus hijos es sólo un ritual relajante a la hora de ir a la cama, pero más allá del momento cercano y único que comparten, esto puede marcar una diferencia fundamental en el desarrollo de los niños, tanto en la estimulación de su capacidad intelectual como su desempeño escolar.
El cerebro de los niños no se forma por completo en el nacimiento, sino que responde a lo que experimenta. Cuando lee a su hijo, las células cerebrales del niño forman nuevas conexiones.
Cuanto más le lea, más conexiones se crearán, y aquellas ya existentes se reforzarán.
Esto continúa durante los tres primeros años de vida de su hijo. Tras alcanzar esta edad, las conexiones que se utilizan regularmente se fortalecen, en tanto, las conexiones que no se emplean con tanta frecuencia se debilitan. Cerca de los 10 años de edad, la mayor parte de las “redes” en el cerebro de su hijo se habrán completado.
Uno de los mayores condicionantes del futuro académico es que le hayan leído en edad preescolar. Esto también incrementa la inteligencia del niño y le permite formar asociaciones positivas con la lectura, así como forjar un lazo más fuerte con la persona que le lee.
Leer a su hijo es algo simple y encantador. Si no cuenta con una gran cantidad de libros, regístrese en una biblioteca pública cercana, es sencillo y económico, y en ocasiones, hasta gratuito. También puede adquirir libros a bajo costo en ferias.
Los niños y los libros
– 0 a 2 años: lo recomendable es elegir cuentos muy visuales, con gran cantidad de imágenes, incluso con diferentes texturas, para que puedan tocar y experimentar. De más está decir, deben ser de tapa y hojas duras, de lo contrario, durarán un santiamén en manos de los pequeños.
– 2 a 3 años: aún son las imágenes lo que cautivan más al niño, pero ya está en condiciones de comprender un argumento simple. Sus cuentos preferidos, que leen una y otra vez, giran en torno a animales o niños, y les fascinan los libros con solapas o desplegables.
– 3 a 5 años: Ya cuentan con edad para cuentos clásicos y relatos sobre hadas, duendes, etc. El niño memoriza el texto y lo relata con sus propias palabras a los padres a la hora de la lectura.
– 5 a 6 años: el niño lee solo, priorizando la historia a las ilustraciones. Es necesario estimular la lectura escuchándolo y felicitándolo.
Vía | Egeve
Originally posted 2013-02-23 14:48:22.